Hoy también me valdré de la siempre jugosa sección "en off" de PuntoBiz. Espero que no se tome como un abuso de mi parte...
Este es un extracto de lo que publican hoy respecto de la "pelea" que se va a dar ante el posible aumento de las retenciones:
"Ayer el senador nacional Rubén Giustiniani salió a pedir que el gobierno nacional coparticipe la recaudación de las retenciones. “Los santafesinos ponemos muchísimo más de lo que recibimos: las retenciones agropecuarias siguen siendo el aporte principal para el Estado nacional y no tenemos la tajada de la torta que nos merecemos", advirtió en declaraciones al diario El Litoral.
"Luego de que durante la gobernación de Obeid, que hizo caso omiso a todas las decisiones del gobierno nacional, las declaraciones del bautizado “pechito” (verdadero hombre fuerte del socialismo que gobernará la provincia desde el 10 de diciembre) permiten abrir las puertas a que se teja una alianza entre gobierno y agroindustria en defensa de intereses regionales.
"Es que la Bolsa de Comercio viene reclamando que las retenciones (a las que, obviamente, se opone) sean coparticipables, aunque sea una devolución parcial o a cuenta de Ganancias, para que –al menos– algo de la plata que aporta el campo santafesino vuelva en obras de infraestructura para el sector, salud y educación".
Tras leer esto, surgen dos preocupaciones: la primera refiere a la picardía de los políticos. La verdad, que las retenciones se las quede Kirchner solo o las reparta un poco más entre sus compinches poco hace a la cuestión de fondo. Dicha cuestión es la de que, hoy por hoy, la Argentina debe ser el único país del mundo que ¡¡¡penaliza sus exportaciones!!! Como alguna vez le escuché decir a Gustavo Lazzari: cómo vamos a ir a pedirle a los europeos que bajen los subsidios agrarios miestras nosotros mismos castigamos a nuestro campo.
Las retenciones, como se ve fácilmente, son un disparate jurídico, impositivo y económico. Constituyen una de las notas más destacadas de nuestra irresponsabilidad y demencia. El fondo del asunto, entonces, no reside en quién hace mejor lobby y se queda "un pedazo de la torta" sino que, quienes se interesan de verdad por la provincia, deberían pedir su pronta abolición.
Consecuentemente, la segunda preocupación es más grave que la primera, porque mientras los políticos, va de suyo, siempre tendrán una actitud de "rent-seeker", es increíble que la tesis "coparticipativa" sea defendida por instituciones privadas constituidas en buena medida por los "retenidos". La impotencia (psicológica al menos) ante el statu quo lleva a algunos una posición que oscila entre el masoquismo y el suicidio. O alguien en su sano juicio puede pensar que, una vez "coparticipadas", las retenciones serán candidatas a la eliminación. Muy por el contrario, una vez que "la torta" se reparta entre muchas manos estatales, la misma no hará sino mantenerse o crecer. Por supuesto, a costillas del trabajo, la producción y los bolsillos de los ciudadanos, algo que siempre ocurre y la BCR parece no recordar...
Este es un extracto de lo que publican hoy respecto de la "pelea" que se va a dar ante el posible aumento de las retenciones:
"Ayer el senador nacional Rubén Giustiniani salió a pedir que el gobierno nacional coparticipe la recaudación de las retenciones. “Los santafesinos ponemos muchísimo más de lo que recibimos: las retenciones agropecuarias siguen siendo el aporte principal para el Estado nacional y no tenemos la tajada de la torta que nos merecemos", advirtió en declaraciones al diario El Litoral.
"Luego de que durante la gobernación de Obeid, que hizo caso omiso a todas las decisiones del gobierno nacional, las declaraciones del bautizado “pechito” (verdadero hombre fuerte del socialismo que gobernará la provincia desde el 10 de diciembre) permiten abrir las puertas a que se teja una alianza entre gobierno y agroindustria en defensa de intereses regionales.
"Es que la Bolsa de Comercio viene reclamando que las retenciones (a las que, obviamente, se opone) sean coparticipables, aunque sea una devolución parcial o a cuenta de Ganancias, para que –al menos– algo de la plata que aporta el campo santafesino vuelva en obras de infraestructura para el sector, salud y educación".
Tras leer esto, surgen dos preocupaciones: la primera refiere a la picardía de los políticos. La verdad, que las retenciones se las quede Kirchner solo o las reparta un poco más entre sus compinches poco hace a la cuestión de fondo. Dicha cuestión es la de que, hoy por hoy, la Argentina debe ser el único país del mundo que ¡¡¡penaliza sus exportaciones!!! Como alguna vez le escuché decir a Gustavo Lazzari: cómo vamos a ir a pedirle a los europeos que bajen los subsidios agrarios miestras nosotros mismos castigamos a nuestro campo.
Las retenciones, como se ve fácilmente, son un disparate jurídico, impositivo y económico. Constituyen una de las notas más destacadas de nuestra irresponsabilidad y demencia. El fondo del asunto, entonces, no reside en quién hace mejor lobby y se queda "un pedazo de la torta" sino que, quienes se interesan de verdad por la provincia, deberían pedir su pronta abolición.
Consecuentemente, la segunda preocupación es más grave que la primera, porque mientras los políticos, va de suyo, siempre tendrán una actitud de "rent-seeker", es increíble que la tesis "coparticipativa" sea defendida por instituciones privadas constituidas en buena medida por los "retenidos". La impotencia (psicológica al menos) ante el statu quo lleva a algunos una posición que oscila entre el masoquismo y el suicidio. O alguien en su sano juicio puede pensar que, una vez "coparticipadas", las retenciones serán candidatas a la eliminación. Muy por el contrario, una vez que "la torta" se reparta entre muchas manos estatales, la misma no hará sino mantenerse o crecer. Por supuesto, a costillas del trabajo, la producción y los bolsillos de los ciudadanos, algo que siempre ocurre y la BCR parece no recordar...
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