El Sr. Abraham Benyosef publicó esta interesante carta en La Capital:
"El nuevo Código Urbano está orientado exclusivamente a limitar las alturas. La secretaria de Planeamiento Mirta Levín está dispuesta a permitir cualquier engendro (por ejemplo, edificios que avanzan hacia el centro de manzana con bloques separados por los infaustos aire y luz), con tal de que no supere los 23 metros. La secretaria dice disponer de una encuesta según la cual la gente no quiere que le construyan edificios altos al lado. Felicitaciones, arquitecta Levín: acaba de descubrir que la gente es egoísta. Lo próximo es preguntarles a los niños si quieren ir a la escuela y decidir la política educativa de acuerdo a lo que respondan. También afirma Levín que hubo instancias de debate. Estuvimos en la audiencia pública y no hubo un proceso dialéctico (argumentos y contraargumentos). Hubo profesionales y ciudadanos que presentamos fotografías, razonamientos y detallados datos numéricos en contra del código, y una señora secretaria que se limitó a mirarnos displicentemente mientras exponíamos, convencida de su verdad inmutable. Arquitecta Levín: puede que usted sufra de vértigo, en su acepción de pánico a las alturas. El lugar para tratarlo es el diván del psicólogo, no el Código Urbano".
"El nuevo Código Urbano está orientado exclusivamente a limitar las alturas. La secretaria de Planeamiento Mirta Levín está dispuesta a permitir cualquier engendro (por ejemplo, edificios que avanzan hacia el centro de manzana con bloques separados por los infaustos aire y luz), con tal de que no supere los 23 metros. La secretaria dice disponer de una encuesta según la cual la gente no quiere que le construyan edificios altos al lado. Felicitaciones, arquitecta Levín: acaba de descubrir que la gente es egoísta. Lo próximo es preguntarles a los niños si quieren ir a la escuela y decidir la política educativa de acuerdo a lo que respondan. También afirma Levín que hubo instancias de debate. Estuvimos en la audiencia pública y no hubo un proceso dialéctico (argumentos y contraargumentos). Hubo profesionales y ciudadanos que presentamos fotografías, razonamientos y detallados datos numéricos en contra del código, y una señora secretaria que se limitó a mirarnos displicentemente mientras exponíamos, convencida de su verdad inmutable. Arquitecta Levín: puede que usted sufra de vértigo, en su acepción de pánico a las alturas. El lugar para tratarlo es el diván del psicólogo, no el Código Urbano".
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