Las reacciones histéricas que se suceden en el ARI desde hace unos días no hacen más que poner de relieve la incapacidad perenne de los argentinos para dotarse de agrupamientos políticos medianamente serios. Para muchos de los que integran el partido creado por Carrió, parece el acercamiento de ésta y López Murphy es una suerte de pacto con el diablo. Al punto que "dirigentes" locales lo sitúan al ex-economista de FIEL en el campo opuesto a los "derechos humanos" -que dicho sea de paso, es bastante irónico, pues es Carrió quien fue funcionaria de la justicia en época de los militares, y cualquiera sabe que en una dictadura a las desapariciones físicas le antecede necesariamente la desaparición de la justicia.
Como alguna vez escribió James Neilson en "Noticias", en un país más o menos normal, Carrió y López Murphy formarían parte de un mismo espacio político. Ello porque, con matices sin dudas, la "redistribución del ingreso", el "vienen por el agua" y boberías por el estilo ya no figuran en la agenda de las izquierdas que gobiernan seriamente. Por supuesto que no estoy afirmando que se hayan "convertido" masivamente en liberales, pero desde Felipe González hasta Bill Clinton, todos han aceptado muchas de las ideas que económicas que encarnaría López Murphy (vgr.: presupuestos equilibrados, iniciativa privada, apertura, impuestos "razonables", etc.).
Desafortunadamente para nosotros, ni siquiera un mínimo de racionalidad ha hecho carne en la "dirigencia" política argentina, sea ésta regresista o conservadora. De hecho, el panorama es tan atroz que Carlos Comi no duda en reivindicar la "gesta" universitaria que "combatió" a López Murphy durante su breve paso por la cartera económica del gobierno de la Alianza. Me encantaría preguntarle a Comi -y a muchos otros- respecto de cuál fue peor, si el "salvaje" ajuste propuesto por RLM, de 4%, o el llevado a cabo por el golpista Duhalde vía devaluación, pesificación y robo de depósitos.
En cualquier caso, el elenco de reparto que puedan conformar Comi, Gutierrez y Javkin, no mueve la aguja. El problema de fondo, es que su jefa, que además es la que tiene los votos, también forma parte del semi-bárbaro regresismo autóctono -al que ella agrega un mesianismo aterrador. De hecho, en el año 2001 o 2002, Carrió salió a "denunciar" que RLM planeaba encabezar un golpe cívico-militar similar al que desalojó del poder a Chavez por unos días. Es además Carrió quien tenía como asesor económico estrella a un delirante como Lo Vuolo, es ella también la que se llena la boca con las palabritas "redistribución" y "regulación".
López Murphy es un buen hombre, un técnico sólidamente formado y un pésimo político ajeno a toda vocación de poder real. Carrió, por su parte, es una mujer tan brillante como desequilibrada, con ideas vetustas y rodeada de tipos aún más anacrónicos que ella. Luego, justamente por ser una genuina expresión del partido de Alem, este neo-radicalismo no puede sino estar condenado al fracaso antes de haber nacido.
Como alguna vez escribió James Neilson en "Noticias", en un país más o menos normal, Carrió y López Murphy formarían parte de un mismo espacio político. Ello porque, con matices sin dudas, la "redistribución del ingreso", el "vienen por el agua" y boberías por el estilo ya no figuran en la agenda de las izquierdas que gobiernan seriamente. Por supuesto que no estoy afirmando que se hayan "convertido" masivamente en liberales, pero desde Felipe González hasta Bill Clinton, todos han aceptado muchas de las ideas que económicas que encarnaría López Murphy (vgr.: presupuestos equilibrados, iniciativa privada, apertura, impuestos "razonables", etc.).
Desafortunadamente para nosotros, ni siquiera un mínimo de racionalidad ha hecho carne en la "dirigencia" política argentina, sea ésta regresista o conservadora. De hecho, el panorama es tan atroz que Carlos Comi no duda en reivindicar la "gesta" universitaria que "combatió" a López Murphy durante su breve paso por la cartera económica del gobierno de la Alianza. Me encantaría preguntarle a Comi -y a muchos otros- respecto de cuál fue peor, si el "salvaje" ajuste propuesto por RLM, de 4%, o el llevado a cabo por el golpista Duhalde vía devaluación, pesificación y robo de depósitos.
En cualquier caso, el elenco de reparto que puedan conformar Comi, Gutierrez y Javkin, no mueve la aguja. El problema de fondo, es que su jefa, que además es la que tiene los votos, también forma parte del semi-bárbaro regresismo autóctono -al que ella agrega un mesianismo aterrador. De hecho, en el año 2001 o 2002, Carrió salió a "denunciar" que RLM planeaba encabezar un golpe cívico-militar similar al que desalojó del poder a Chavez por unos días. Es además Carrió quien tenía como asesor económico estrella a un delirante como Lo Vuolo, es ella también la que se llena la boca con las palabritas "redistribución" y "regulación".
López Murphy es un buen hombre, un técnico sólidamente formado y un pésimo político ajeno a toda vocación de poder real. Carrió, por su parte, es una mujer tan brillante como desequilibrada, con ideas vetustas y rodeada de tipos aún más anacrónicos que ella. Luego, justamente por ser una genuina expresión del partido de Alem, este neo-radicalismo no puede sino estar condenado al fracaso antes de haber nacido.
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