Según informa el diario Clarinete de hoy, están viajando a Irán -para participar de una conferencia antiamericana- Luis D'elía, el cura Farinello y Mario Cafiero.
Ciertamente hay una larguísima lista de imbéciles que, de no existir los EUA, deberían inventarlos. Caso contrario, cómo podrían muchos políticos enmascarar su antisemitismo o cómo harían muchos miembros del clero para dar aval a una teocracia que persigue (y asesina) a los miembros de la Iglesia que dicen representar.
Al margen, seguir viendo el apellido "Cafiero" en los diarios me produce cierto malestar. Me es inevitable pensar en cuánto daño le ha causado esa familia a nuestro país. Ya "papá" (Antonio) Cafiero fue ministro durante la primera etapa de Perón y uno de sus hijos, Juan Pablo, lo fue de De la Rúa -continuando en sus funciones durante el gobierno golpista de Duhalde.
Pero volviendo al encantamiento que produce el Irán en particular, y todo lo anti-occidental en general, incluso el post-moderno Michel Foucault había sentido entusiasmos histéricos por el Ayatollah hace casi treinta años. Y Foucault sabía leer y escribir, cosa que no podría asegurarse de algunos de los viajeros aludidos en este post.
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