K, Pol Pot, Camboya y Gustavo Lázzari

Sin tanta publicidad como su vecino Vietnam, la Camboya de los últimos treinta años cuenta una historia tan triste como siniestra. Sucede que en 1975, la monarquía corrupta y autista que la gobernaba fue reemplazada por una de las dictaduras más sanguinarias de la historia de la humanidad: el gobierno del Khmer Rouge.

Encabezado por un psicópata llamado Pol Pot, quien junto a sus secuaces venía de Francia, su revolución promovió un traslado compulsivo de toda la población al campo -vaciando, literalmente, las ciudades. Este reino del terror que pretendía ser, por un lado, recuperador de un pasado dorado y, por el otro, marxista, se cree masacró a un tercio de la pobación camboyana. En la realización de esta tarea homicida pusieron particular atención en los intelectuales y en toda la gente letrada en general (por ej.: llevar lentes era una sentencia segura de muerte). Sin exagerar, es probable que técnicamente, Camboya para la década del '80 casi que haya quedado sin personas que sepan leer y escribir.

Todo esto viene a cuenta de que en los últimos años Camboya ha dado muestras de una recuperación social, política y económica (esta última a base de la explosión de la industria del turismo y la exportación de materias primas). Tal es así que The Economist le dedica las siguintes líneas en un artículo publicado el 22 de febrero de este año:

"When a bumper harvest boosted Cambodia's growth rate to 13.5% in 2005, this was seen as an aberration caused by freak weather rather than any lasting improvement in productivity. However, a report from the IMF this week shows that farm output has continued rising, and last year's overall economic growth was far better than expected, at 10.5%".

Si no me equivoco, Camboya, como la Argentina, también está creciendo a "tasas chinas". Luego, cabe preguntarse si, en forma secreta, Kirchner, Lavagna o Felisa Miceli la estarán gobernando... puesto que cuando uno escucha los monólogos de nuestro Sr. Presidente, no hace sino hablar de "sus" grandes logros en materia económica.

Quizás, lo que verdaderamente ocurre, como puntualiza acertadamente Gustavo Lázzari en su artículo "Comentarios constructivos" la principal razón del crecimiento económico de los últimos años no es un presidente "digno", setentista y lavagnizador sino "un componente internacional extraordinario".