Sigue el debate "judicial" y "legal" sobre la llegada, o no, de la cadena Yaguar a nuestra ciudad. Pese a que esta semana, la misma tuvo buenas noticias en el plano judicial, ahora son un grupo de almaceneros, la Asociación ¿Empresaria? y la Cámara de Supermercados las que ponen reparos y buscan evitar la tan dilatada apertura.
Particularmente llaman la atención los argumentos esgrimidos por las entidades mencionadas arriba. Por ejemplo, el Sr Lázaro, propietario de la cadena Azul esgrime que: "Hay una ley que respetar. Nosotros hace años que no podemos abrir nuevos locales. Hay supermercadistas que tuvieron que invertir en otros rubros. No puede ser que venga alguien de afuera y que con argucias judiciales no la respete".
Resulta extraño ver a alguien haciendo tanto hincapié en el cumplimiento de una ley que -a primera vista- viola sus derechos y afecta (injustamente) sus negocios de manera directa. Por supuesto, irreflexivamente uno podría pensar que la mentada "ley" no ha sido más que una artimaña legal para impedir la llegada de nuevos jugadores al mercado, para convertir a nuestra ciudad en un coto de caza para los que ya están, para perjudicar a los consumidores en pos de defender intereses espurios. Creo y espero que no sea así. De cualquier manera, de ser yo supermercadista, en lugar de defender una "ley" así, estaría preguntándome por qué las elecciones comerciales de un empresa quedan ahora limitadas por una ley y/o qué entidad tienen el municipio y la provincia para regular la apertura de supermercados.
No obstante, el Sr Lázaro nos da una pista sobre el porqué de su apoyo a la norma: "La ley establece que, por la cantidad de habitantes, tendría que haber 150.000 m2 y hay 350.000. Eso hace que las ventas por m2 sean menores al punto de equilibrio y toda la cadena, entonces, es más ineficiente y por eso los precios más caros, porque alguien tiene que pagar la ineficiencia".
De sus dichos se deducen naturalmente dos cosas: a) de ahora en más ya no serán los emprendedores particulares quienes busquen satisfacer necesidades insatisfechas o inviertan en los sectores que crean pueden ser más competitivos, sino que tal cosa se decidirá por "ley"; b) puesto que sería tanto inmoral como incoherente que en nombre de la "eficiencia" se impida la llegada de Yaguar pero, a la vez, se mantenga el metraje "exagerado" e "ineficiente" que hay en la actualidad en nuestra ciudad, es de esperar que se concreten cierres masivos de supermercados en Rosario.
(Todas las citas pertenecen a la edición on-line de hoy de la Revista PuntoBiz).
Particularmente llaman la atención los argumentos esgrimidos por las entidades mencionadas arriba. Por ejemplo, el Sr Lázaro, propietario de la cadena Azul esgrime que: "Hay una ley que respetar. Nosotros hace años que no podemos abrir nuevos locales. Hay supermercadistas que tuvieron que invertir en otros rubros. No puede ser que venga alguien de afuera y que con argucias judiciales no la respete".
Resulta extraño ver a alguien haciendo tanto hincapié en el cumplimiento de una ley que -a primera vista- viola sus derechos y afecta (injustamente) sus negocios de manera directa. Por supuesto, irreflexivamente uno podría pensar que la mentada "ley" no ha sido más que una artimaña legal para impedir la llegada de nuevos jugadores al mercado, para convertir a nuestra ciudad en un coto de caza para los que ya están, para perjudicar a los consumidores en pos de defender intereses espurios. Creo y espero que no sea así. De cualquier manera, de ser yo supermercadista, en lugar de defender una "ley" así, estaría preguntándome por qué las elecciones comerciales de un empresa quedan ahora limitadas por una ley y/o qué entidad tienen el municipio y la provincia para regular la apertura de supermercados.
No obstante, el Sr Lázaro nos da una pista sobre el porqué de su apoyo a la norma: "La ley establece que, por la cantidad de habitantes, tendría que haber 150.000 m2 y hay 350.000. Eso hace que las ventas por m2 sean menores al punto de equilibrio y toda la cadena, entonces, es más ineficiente y por eso los precios más caros, porque alguien tiene que pagar la ineficiencia".
De sus dichos se deducen naturalmente dos cosas: a) de ahora en más ya no serán los emprendedores particulares quienes busquen satisfacer necesidades insatisfechas o inviertan en los sectores que crean pueden ser más competitivos, sino que tal cosa se decidirá por "ley"; b) puesto que sería tanto inmoral como incoherente que en nombre de la "eficiencia" se impida la llegada de Yaguar pero, a la vez, se mantenga el metraje "exagerado" e "ineficiente" que hay en la actualidad en nuestra ciudad, es de esperar que se concreten cierres masivos de supermercados en Rosario.
(Todas las citas pertenecen a la edición on-line de hoy de la Revista PuntoBiz).
1 comment:
Yo me hago la siguiente pregunta. Si no he entendido mal lo que se ha estudiado durante los ultimos 250 años en el area económica, es la competencia la que hace que los precios bajen, y no las regulaciones estatales y menos aún un limite a la oferta.
Hace falta hacer una lectura muy grosera de las leyes economicas basicas para suponer que poniendo un tope a la oferta supermercadista los precios van a bajar por cuestiones de eficiencia.
Estimados "empresarios", no estaría mal volver a leer a Adam Smith.
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