"La Gaceta de Alberto Fernández" de hoy publica una entrevista a nuestro flamante gobernador socialista titulada: "En Santa Fe, a cambio de las retenciones queremos más obras". Al leerla encontramos conceptos llamativos. Por caso, ante la pregunta "¿va a apoyar el reclamo del campo contra las retenciones?", Binner responde que:
"Es una herramienta económica, pero es necesario compensar los precios de exportación con los internos. En Santa Fe, que no recibe regalías petroleras, queremos que a cambio de las retenciones que aporta se hagan las obras que se necesitan. ¿Cómo no pueden terminar la autopista Rosario-Córdoba?"
La primera oración, creo, dice más de lo que parece a primera vista. Por un lado, como afirma Binner, las retenciones pueden ser calificadas como "herramienta económica", eso no lo voy a discutir. Sí parece que el lenguaje del gobernador es extremadamente cuidadoso, rozando el eufemismo. Pues de la misma manera que las retenciones son artefactos de política económica (y no un sencillamente robo), un genocidio bien puede reducirse a una mucho más "simpática" limpieza étnica.
Además, resulta interesante lo que sigue inmediatamente: el gobernador nos habla de "compensación". Qué es exactamente lo que hay que compensar me cuesta entenderlo. Pues, desde un punto de vista demagógico-dirigencial, entiendo los problemas que una población tan carnívora como la nuestra puede acarrearle una suba de la carne vacuna. Mas la "compensación" por la suba del precio internacional de la soja me es incomprensible. Además, buena parte del encarecimiento interno de los commodities también se debe al peso recontra-bajo de Duhalde, Kirchner, Lavagna y la UIA. A diferencia de nuestro flamante gobernador, en el caso de la soja, yo no puedo dejar de ver a una dirigencia codiciosa y despilfarradora, desesperada por "meter la cuchara" en una torta que no les pertenece.
Cosa que se ve reflejada en la segunda parte de la repuesta de Binner, cuando sugiere que "con las retenciones se hagan obras en la provincia". Lo que quiere Binner, más o menos, es así: que a los exportadores santafesinos se los siga expoliando desde el gobierno central, pero que al menos una parte del botín le sea entregada a Julio de Vido (Ministro de Planificación Federal) para que él, con toda su sabiduría y honestidad, decida qué obras de "infraestructura" necesita la provincia y las ejecute con los mismos métodos que el caso "Skanska" desnudó. Es decir, Binner convalida que se le sigan sacando fortunas de dinero a los emprendedores más eficaces que tiene la provincia (¡y el fucking país!) para que se la patinen Kristina, Nestor, Julio y Cia. Y lo peor, no sólo piensa semejante tontería sino que, además, ¡¡¡se la cuenta a "Clarín" para así mostrar a través de la prensa nacional su gran idea para defender los intereses de la provincia!!!
Para añadir más sombras a un panorama ya oscuro, la de Binner no es más que la última de una larga y patética serie de capitulaciones santafesinas. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario, pasando por instituciones de lobby empresario, hasta las recientes declaraciones de HB, lo mejor que se le ha ocurrido a la autoproclamada "dirigencia" provincial ha sido la coparticipación de las retenciones, la vuelta de las mismas en obras o cosas por el estilo. Lo que no es más que continuar la lógica siniestra de repartir la riqueza que generan los otros.
Para alegría de la patota kirchnerista, Santa Fe se sube al cadalso sola, llevada por los cantos de sirena de una "dirigencia" que hace de la impotencia su principal capital.
La nota completa la pueden hallar aquí.
"Es una herramienta económica, pero es necesario compensar los precios de exportación con los internos. En Santa Fe, que no recibe regalías petroleras, queremos que a cambio de las retenciones que aporta se hagan las obras que se necesitan. ¿Cómo no pueden terminar la autopista Rosario-Córdoba?"
La primera oración, creo, dice más de lo que parece a primera vista. Por un lado, como afirma Binner, las retenciones pueden ser calificadas como "herramienta económica", eso no lo voy a discutir. Sí parece que el lenguaje del gobernador es extremadamente cuidadoso, rozando el eufemismo. Pues de la misma manera que las retenciones son artefactos de política económica (y no un sencillamente robo), un genocidio bien puede reducirse a una mucho más "simpática" limpieza étnica.
Además, resulta interesante lo que sigue inmediatamente: el gobernador nos habla de "compensación". Qué es exactamente lo que hay que compensar me cuesta entenderlo. Pues, desde un punto de vista demagógico-dirigencial, entiendo los problemas que una población tan carnívora como la nuestra puede acarrearle una suba de la carne vacuna. Mas la "compensación" por la suba del precio internacional de la soja me es incomprensible. Además, buena parte del encarecimiento interno de los commodities también se debe al peso recontra-bajo de Duhalde, Kirchner, Lavagna y la UIA. A diferencia de nuestro flamante gobernador, en el caso de la soja, yo no puedo dejar de ver a una dirigencia codiciosa y despilfarradora, desesperada por "meter la cuchara" en una torta que no les pertenece.
Cosa que se ve reflejada en la segunda parte de la repuesta de Binner, cuando sugiere que "con las retenciones se hagan obras en la provincia". Lo que quiere Binner, más o menos, es así: que a los exportadores santafesinos se los siga expoliando desde el gobierno central, pero que al menos una parte del botín le sea entregada a Julio de Vido (Ministro de Planificación Federal) para que él, con toda su sabiduría y honestidad, decida qué obras de "infraestructura" necesita la provincia y las ejecute con los mismos métodos que el caso "Skanska" desnudó. Es decir, Binner convalida que se le sigan sacando fortunas de dinero a los emprendedores más eficaces que tiene la provincia (¡y el fucking país!) para que se la patinen Kristina, Nestor, Julio y Cia. Y lo peor, no sólo piensa semejante tontería sino que, además, ¡¡¡se la cuenta a "Clarín" para así mostrar a través de la prensa nacional su gran idea para defender los intereses de la provincia!!!
Para añadir más sombras a un panorama ya oscuro, la de Binner no es más que la última de una larga y patética serie de capitulaciones santafesinas. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario, pasando por instituciones de lobby empresario, hasta las recientes declaraciones de HB, lo mejor que se le ha ocurrido a la autoproclamada "dirigencia" provincial ha sido la coparticipación de las retenciones, la vuelta de las mismas en obras o cosas por el estilo. Lo que no es más que continuar la lógica siniestra de repartir la riqueza que generan los otros.
Para alegría de la patota kirchnerista, Santa Fe se sube al cadalso sola, llevada por los cantos de sirena de una "dirigencia" que hace de la impotencia su principal capital.
La nota completa la pueden hallar aquí.